Pero no fue hasta el siglo XIX, con la invención de los principios de la amalgama, cuando se empezaron a tener bases científicas sobre los materiales, principalmente porcelana y oro.
Las aplicaciones dentales de oro han sido usadas como símbolo de estatus en muchos momentos, por lo que no es de extrañar que su historia sea tan larga. Los arqueólogos también han encontrado aplicaciones dentales de oro en restos de la población etrusca de Italia que datan del 630 a. C., interpretándolas como algunas de las primeras formas de puentes y dientes de sustitución.